20110318

C o n t r a p u n t o s .

"Largo Viaje" y "La buena vida" son dos películas chilenas filmadas en el centro de Santiago, las cuales poseen bastantes similitudes en cuanto a lo formal, y hasta incluso en su narrativas respectivas, ya que deja al descubierto la realidad de Chile. Sin embargo, las épocas que enmarcan a las diferentes cintas son las que impregnan una esencia totalmente distinta a cada film.
Considero que el discurso de cada una de estas obras cinematográficas, determina la clave para poder separarlas como constructoras de realidad.La ciudad habla por sí misma y lo hace de manera diferente en ambas películas. En "Largo viaje" notamos una ciudad incipiente, diversa, en construcción, pero que muestra prácticamente diferentes ciudades dentro de la misma. La periferia en este film, está totalmente al lado de lo céntrico y es así mismo como se demuestran los distintos tipos de realidad que habitan ambas situaciones. Cada estrato social, va acompañado de un tipo de arquitectura o contexto, el cual varía drásticamente a pesar de los pocos metros que separan a éstos.Muy por el contrario, "La buena vida" expone un contexto ya trabajado, el cual no se diferencia mucho entre un país y otro. Es algo más global, algo parecido a lo que puedes encontrar aquí o en otro continente. El llamado "aeropuerto" ya se ve instalado. Pero lo más desagradable, es que a pesar de encubrir todo con una cinta adhesiva que une todo, quedando todo junto y sin separación alguna, la problemática social y de país continúa vigente. Los problemas que invaden a nuestra sociedad siguen siendo los mismos que el atrevido Kaulen nos mostró en el 67. La prostitución, un sistema de salud ineficiente, etc.
En cuanto a lo que compete a la complejidad de los actos y pensamientos humanos, el discurso, a pesar de que la modernidad casi no se desarrolló en Chile, se hace notar en el ambiente de "Largo Viaje" Esto se da a conocer, por ejemplo, en el hecho de que la familia del protagonista está siendo expulsada de sus viviendas debido a la aprobación de la Reforma agraria; mientras que en "La buena vida" la falta de discurso es la constante. No hay un pensamiento claro y todo es válido. Las temáticas y problemas que acompañan a los personajes son netamente postmodernos así por ejemplo, la incomunicación que se genera entre Teresa (Aline Küpperheim) y su hija.