20130326




De no haberse sabido no hubiese ocurrido, aunque como no ocurrió de esa manera es imposible validar mi tesis, pero me conformo con que viva como hipótesis en el mundo de las ideas. Para qué materializarlas, como si las ideas fueses poca cosa por sólo existir entre ellas. Yo las prefiero almacenar y recordar así, a lo lejos, porque el material envenena a algunas de ellas. Hay otras que están tan arriba que no puedes bajarlas y cuando lo haces, las rompes, las quiebras y ya no las recuerdas por lo grandes que fueron, sino por lo patéticas que quedaron en el suelo.

E l i s a C o r r e a



La chica iba tarde como siempre. Bajó de la micro y subió las primeras escaleras del metro con gran habilidad. Marcó su tarjeta para que hiciera el bip correspondiente y pasó por el torniquete. Mientras se encaminaba a subir la segunda gran sección de escaleras, escuchó el típico sonido del vagón de metro cuando está por llegar; entonces apresuró el paso odiando a los retrógrados individuos que tenía por delante que dificultaban su operación. Cuando llegó al último escalón, vio una nariz con un pearcing de toro mirando justamente hacia la dirección de la chica. El tumulto de gente se dispersó para abordar el tren. Sin embargo ahora la muchacha estaba frente a frente, no sólo a la nariz con el pearcing de torito, sino que también tenía enfrente unos grandes ojos celesteverdes que la miraban. En tiempo real, eso no debe haber sido más que una milésima de segundo, sin detención alguna, pero para ella había sido una gran pausa. Era como las proyecciones de cine en donde el 40% de la película estás viendo un cuadro en negro, peor no te das cuenta. Bueno, aquí era lo mismo pero como si nos hubiésemos detenido en uno de esos recuadros negros de la proyección existentes entre fotograma y fotograma, sintiendo que la película se paraba. En verdad, su propia película, porque la de la gente continuaba. Los personajes seguían subiéndose al tren de la línea verde que esperaba en el andén. Ella sabía que había visto ese pearcing y esos ojos en algún lugar, peor no podía creer que se tratara del mismo personaje. Entonces, echó un vistazo a su particular atuendo... era un fucking indie hipster alterno y sus derivados. Definitivamente no podía haber tantas coincidencias o características en común. Tenía que ser él. El muchacho se mantuvo en su misma posición, apoyando los codos en la baranda y un pedacito de espalda. Lo anterior lo obligaba a de cierta forma a tener los pies juntos y un poco más adelante que el resto del cuerpo. Su mirada fija y transparente en todo el show dramático de la chica. Ella pensó que había echo una gran actuación, pero su descoloco era evidente frente a la mirada del inexpresivo expresivo joven. El alocado movimiento de la chica era totalmente coherente con la preimagen que s ele había instalado de ella. eran ellos, eran los dos. Entonces el cuadro negro avanzó el siguiente fotograma. Ella dio el primer paso luego del último escalón. Miró de nuevo la luz verde que estaba situada arriba de cada puerta del vagón y apresuró su caminar. El pitito de advertencia y la voz en off del conductor instalaban el tiempo en reversa. La chica comenzó a correr hacia el final del andén donde los trenes vienen más vacíos. Su cara de duda se hacía notar, una sonrisa tal vez de vez en cuando. Mientras daba un paso tras otro no paraba de cuestionarse si es que el joven de la escalera estaba pensando lo mismo que ella. Sentía esa presión que sientes cuando caminas por un pasillo oscuro y temes de que alguien te agarre por la espalda, peor la sensación era mucho menos morbosa; es mas, le parecía el efecto contrario pero con la misma tensión. Sentía esos ojos en la espalda, peor no lo sabía con certeza. Podía ser perfectamente sólo el efecto de su imaginación. Entonces de un momento a otro, la chica creyó explotar y en un movimiento no muy articulado volteó la mirada sin saber por qué. Fue ahí cuando pudo verificar que aquellos ojos penetrantes le seguían la huella, pero sin avanzar. Lo hacían desde el mismo lugar de siempre, desde la baranda del frente de la escalera. Mas estaban ahí, fijos en sus ojos. Los ojos en los ojos. La chica se estremeció y una profunda alegría le vino desde las entrañas hasta sus labios formando una gran sonrisa. Entró al metro, las puertas se cerraron y el metro partió. La próxima vez que lo vea le hablo, dijo para sí.

Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro



Quizás debería escribir un libro, porque ya planté un árbol. Bueno, no era precisamente un árbol. Simplemente era un poroto envuelto en un trozo de algodón que floreció. Yo creo que cuenta como árbol o no? En realidad quién sabe. Parece que los porotos nunca fueron parte de un árbol. Pero... por qué plantar un árbol y no una planta. Es acaso un árbol más importante que una planta de porotos? Ay Dios, los humanos y sus categorías, siempre estandarizando cosas. Además, por qué juntar dos cosas completamente diferentes!. Acaso debes plantar el árbol para asegurar las hojas que gastarás cuando escribas el libro o algo por el estilo? No sé, no entiendo. A quién se le ocurre que un humano deba hacer esas cosas para considerarse como tal. No lo sé, pero por mientras que que no tengo nada que hacer, puedo replantearme la idea de plantar un árbol, peor un verdadero árbol. No un poroto florecido. además... a quién le gustan los porotos? Todos los odian. Mas que por el sabor yo creo que es por las vergüenzas que hacen pasar. Cuánta gente no habrá pasado por una experiencia completamente perturbadora gracias a ellos? Dios, es como si estuviesen en contra tuyo o algo así. Quizás es una especie de venganza de los porotos. Quizás es porque son resagados, son algo así como los pobres del país que están en contra de los ricos todo el tiempo. Sí, sí, de hecho los pobres comen más porotos que nadie o no?, Además son igual de hediondos que ellos. Quién sabe. yo como porotos de vez en cuando, pero no soy hedionda. Aunque debo admitir que no me gustan. los como, porque mi madre dice que son importantes en una dieta super equilibrada. Que son ricos en proteínas y esas cosas. Yo no sé si le daría porotos a mis hijos, aunque tampoco sé si cambiaré cuando sea madre. Tal vez me ponga anticuada y ya no sea tan chevere como ahora, porque es verdad, los adultos se ponen graves cuando llegan a ser adultos. No sé, es como si se les olvidara que fueron jóvenes y alocados.


Deyud






Las pantys moradas con puntitos lila. Las pantuflas fucsias que ahora son rosadas por el kilo de tierra que tienen encima. El pelo de colores que no tiene ningún color. Los labios rojos que no disimulan para nada el amarillo de los dientes. Los anillos sólo puestos en los dedos anulares. Las pestañas pegoteadas por tanta máscara de pestañas. Las ojeras que cambian de color según el día del mes. Las uñas mal pintadas con el esmalte saltado.




Dicen que escribir con lápices de colores distintos al azul o negro, hacen que recordemos de mucha mejor manera las cosas que escribes en papel. En verdad, yo sólo lo hago porque me gustan los colores y disfruto verlos intercambiados de una página en otra cuando abro los cuadernos.
Escribir estupideces, volverse loco. Dicho hombre me pareció la gran solución a los achaques que había causado el innombrable, como le llamaba Nemo.
"...No se pueden criticar sus ideas, porque en ellas están contenidos sus sueños, sus fantasías, sus miedos, sus morbos. Se está jugando con uno mismo, con la esencia del creador..."
Eso fue lo que dijo y aplaudió una tras otra todas las estupideces que escribimos. Nunca antes me había sentido capaz de escribir un guión. Es como un mounstro, bueno todavía lo es. Pero hay algo nuevo, algo que me hace pensar que el guión no era tan terrible y que nos han alejado y quitado la imaginación.
Quizás es por eso que Don David Vera Meiggs pudo construir una historia, porque estaba lleno de complejos y de Aristóteles por aquí y por allá. Se le cerró el cerebro, se le cerró la fábrica de ideas y termino aportando unas horrendas como la del indio pícaro en el plano secuencia de terror de Diego. Hubiese preferido que fuese broma, pero para desgracia mía y del equipo no lo era. Dentro de las cosas más terribles estaba el hecho de desautorizar a Don David que siempre  andaba viendo falos y cosas sexuales en cualquier proyecto. Eso significaba recordarle lo que obviamente ocultaba con tanta historia de Italia, que en verdad, no tenía tantos dedos para el piano y que la crítica le quedaba mucho mejor que la creación. Que era un simple espectador, muy adiestrado y todo, pero un espectador al fin y al cabo.
El guión se transformó gracias a él en una especie de majestuosidad inalcanzable que solo algunos, los mas listos y cultos, podían llegar algún día a escribir. Sin embargo aprendí cosas, demasiadas cosas creo yo. Eso de que las historias se heredan de familia en familia, de generación en generación. Que uno sí o sí debe contar su historia y no la del de al lado. Y que muchas veces empezamos a contar un relato sin darnos cuenta de que está completamente involucrado con nosotros y que por lo visto, así debe ser. Hablar desde el subconsciente. Transformar nuestra esencia en símbolos y llenar el cuadro de imagen. Contar el cuento, pero no el de los libros, sino que en imágenes, porque al fin y al cabo lo único que queda es la imagen.
Sdaaaaa y yo hablando de trascendencia de imágenes, de historia y memoria y me encuentro en territorio completamente enemigo. Estoy sentada de seguro en un lugar donde muchos querrían estar, mas les aseguro que estos son metros cuadrados donde he vinculado lazos creativos idiotas... Si... estoy sentada en la recepción de McCann Erickson Ltda., esperando que mi "jefa" salga de su  reunión para que me explique qué es lo que debo hacer este sábado. Para los que no saben qué diablos es McCan Erickson, les cuento que es una de la agencias de publicidad más connotadas del país, de ahí deriva su peyorativo "enemigo".
Si el cine es la majestuosidad, la síntesis, la empatía, el reconocimiento, mmm, la publicidad es todo lo contrario. Pero bueno... como todos sabrán, aquí están las lucas. Aunque debo admitir que ahora más que nunca me duele y me molesta trabajar acá. Tener que enfrentarte a gene que te dice "bueno... queremos que se vea bien instagram cachai?, algo bien chic, bien lounge" OKEEEY.
Me pasó algo parecido el año pasado. Es como una especie de falta a tus principios, entiendes?
El movimiento estudiantil, la revolución pingüina, yo dirigente de las movilizaciones y matriculada finalmente en la universidad más facha de todas, la de Lavin, la UDD. Parecía completamente una locura. Me daba vergüenza decir dónde estudiaba a mis amigos de la Chile, la Católica, la USACH, etc. tener que dar explicaciones y saber contarlo como si fuese la mejor decisión para ti. Fue complejo, mas hoy no me arrepiento. Quizás con el tiempo tampoco me arrepienta de esto. Osea al fin y al cabo terminaré en esto sí o sí. Lo asqueroso es que ni siquiera me pagan bien y utilizan tu tiempo como se les da la real gana, porque obvio, eres estudiante. Pasaron 3 meses sin pagarme y yo estaba endeudada con 700 lucas y con la tarjeta de mi madre en DICOM.
El otro día pasé por afuera del café Haití y pensé en trabajar en la barra. A fin de cuentas, me dije, no es tan diferente a lo que hago. No tienes mucho que hacer, sólo te pones unos tacos y haces café, entonces me dediqué a observar a las chicas y a hacerme el valor de entrar. Mientras más miraba afuera del café, mas terrible me parecía. Realmente eran unas prostitutas, pero sin servicios sexuales. Dios, en verad nunca me había dado cuenta. Comencé a sentirme extremadamente mal porque las chicas de la barra se dieron cuenta de que las observaba y cada vez había una barrera más grande entre aquel antro y yo. Simplemente enfrié la mente y entré y pregunté por el trabajo... la respuesta fue totalmente denigrante. El tipo y único hombre que estaba detrás del mesón me miro de arriba a abajo y me dijo: Usted? ¿Quiere estar en barra? Pero es como muy baja o no? Yo me defendí como pude, pero la verdad es que estaba quebrándome entera. Necesitamos chicas arriba del metro 63 o 64- Yo mido 1.65 contesté. Ah si? me dijo. Es que no tengo tacos, argumenté. Mientras hacía todo ese show, sentía la mirada de las tipas de la barra haciéndome quedar como la patética más grande. En verdad no había ni punto de comparación entre ellas y yo. Osea concluyendo, era muy baja, fea con cara de guagua y seguramente sin el peso suficiente para entrar en uno de esos diminutos vestiditos. Hay un puesto de cajera me dijo e tipo con cara de lástima. ok sería todo, muchas gracias.
De servidora de café en el Haití, otra mofa más. Siempre luchamos por la igualdad y por la dignidad de la mujer, pero igual estaba dispuesta a mostrarme como una lady, tonta, rica, chupa picos... Estamos llenos de contradicciones, llenos, repletos. Coherencias? quién diablos pude inventar una cosa así, eso de lo coherente. Que esto va con esto y que esto con esto otro. Pero  finalmente eso somos. Es la ley por sobre el deseo, las normas por sobre las acciones volátiles y así nos enmarcamos, nos estructuramos, nos refugiamos en estereotipos y nos mezclamos con los nuestros, con los más parecidos a nosotros. Somos los de aquí y los de allá. Somos todos iguales, pero unos más iguales que los otros y no sólo grupos en un ámbito. Es por regiones, por comunas, por gustos, por tipos de trabajo, por clases sociales, por partido político, por edad, por tribu urbana, por estilo, por religión y por no sé qué más.