20110319

U D D


La Universidad del Desarrollo es una universidad privada autónoma en Chile con sedes en Santiago y Concepción. Fue fundada en 1990 por nuestro actual ministro de educación Joaquín Lavín, Carlos Alberto Délano, Ernesto Silva, Cristián Larroulet, Hernán Büchi y Federico Valdés quienes formaron el Consejo Directivo. En 1991 se sumaron a la universidad las carreras de Arquitectura, Derecho, y Periodismo. En 1993 se inauguró la primera etapa del edificio que actualmente ocupa en Concepción, mientras que en 1997 la Universidad obtuvo su autonomía. La segunda sede se abrió en el año 1999 en la ciudad de Santiago, absorbiendo la Universidad de Las Condes en una respuesta a la necesidad de sentirse importantes al estar en la capital. Aunque ésta excede a la sede de Concepción en tamaño y número de alumnos, la casa matriz no se ha mudado de la ciudad en donde se fundó. En el 2001, la universidad adquirió en sector precordillerano de Las Condes, terreno donde se ubica desde marzo de 2004, Av. La Plaza 700 en San Carlos de Apoquindo.

Si queremos hablar de postmodernidad, considero que no hay mejor ejemplo que mi propia casa de estudios para hacerlo; no mirándola sólo como un edificio arquitectónico, o como una sede estudiantil, sino que también como situación comunicativa y social. Este lugar es de lo que hablo cada día, es lo que me acontece, de lo que me formo y deformo también.

¿En qué nos fijamos cuando elegimos dónde educarnos? ¿Qué debe tener una universidad para que sea la más apropiada para nosotros? En la actualidad se nos presenta una variada gama de casas de estudio, ya sean universidades tradicionales, privadas, institutos profesionales o centros de formación técnica, en donde cualquiera que tenga un capital dispuesto a ceder mensualmente, puede acceder al sistema de educación superior, y la verdad es que hay para todos los gustos. Carreras desde 2 a 10 años, en donde puedes pagar desde $60.000 hasta $500.000 mensuales según el bolsillo, sedes estudiantiles que se diferencian por colores políticos, y la más amplia diversidad de carreras según la demanda.

Hoy se nos presenta un escenario muy delicado en la educación chilena, ya que la privatización toma cada vez más fuerza, haciéndonos olvidar el estrepitoso juicio que abogaba sobre toda universidad que no perteneciera al Consejo de Rectores de las universidades chilenas, el que consistía en calificarlas de chantas o para fracasados, y que deliberadamente se están posicionando en el top ten en donde pocas tradicionales siguen figurando.

Ya no es extraño que un alumno que haya quedado en la Chile o en la Católica, opte por matricularse en una universidad privada. De hecho, un gran porcentaje de los puntajes nacionales lo hace, debido a los beneficios que le son otorgados. Lo magistral, es todo lo que se desencadena con este simple hecho. Me explico… las sedes universitarias privadas invirtieron en sí mismas, contratando a profesores de tradicionales (los que obviamente aceptarían por un sueldo más), implementaron su infraestructura y su equipo técnico, asunto que es la gran falencia de muchas estatales. Esto ayudó a que la demanda de la universidad aumentase, por ende generó mayores ingresos, ingresos que se vieron destinados a becas para alumnos de alto nivel académico, los cuales serían los próximos en dar prestigio al nombre de dicha escuela. Entonces, todos aquellos alumnos que lograban quedar dentro de las anheladas tradicionales, comenzaron a matricularse en estas llamativas casas educacionales. Así, fue corriendo la famosa lista de espera, que por lo cierto, cada año corre más lugares, desencadenando que los alumnos con menor puntaje en la prueba de selección académica llenen cada año en mayor cantidad, las aulas magnas. Por lo tanto, ocurrirá lo que muchos temían. La educación privada se convertirá en la de calidad y la pública en una de menor prestigio, lamentablemente caminamos hacia eso.

De todos modos, si quieres formar parte de la educación dorada, puedes recurrir al cómodo crédito con aval del Estado, el cual deberás pagar al banco, una vez que termines tus estudios, en una suma que rodea, por lo general, los $20.000.000 sin contar los intereses. Claro, en vez de comprarte una casa, deberás cancelar la deuda; pero no te preocupes, porque tienes hasta 10 años para cubrir el préstamo quizás, quien sabe, hasta te dan otro para que adquieras una vivienda.

La Universidad del Desarrollo, es una de las universidades doradas a las que me refiero. Sin embargo, cuando entré, me di cuenta de que no era tan dorada como yo creía. De pronto, los infinitos metros cuadrados que ocupaba la sede se transformaron en un terreno de 2x2. Hay escalones más largos que otros, los interruptores de algunas salas se encuentran afuera de ellas, las sillas están algo desarmadas y con frecuencia, los datas tienden a no funcionar. Es decir, es una infraestructura que fue hecha a la rápida, con el único fin de no perder clientes. En cuanto a la formación educacional que entrega, no puedo quejarme, mas debo decir que no encontré lo que esperaba encontrar; no por los docentes, sino por los alumnos. Cuando me decidí a estudiar cine, sabía que estaba cometiendo un riesgo y aunque yo amoldara las probabilidades de bienestar frente a mi familia, en el fondo sabía que no era tan así, entonces quería protegerme lo más posible. Fue lo típico: cámaras, mac, equipo, profesores trabajando en el medio, contactos, porque en verdad no sabría a qué dedicarme si no es a esto y evidentemente no es lo mismo que cumplir un horario de oficina. Pero en general, acá todo e s muy fácil. Nadie tiene real conciencia ni de lo que hace, ni de lo que dice, ni de lo que quiere. No veo que alguien apreciar lo que tiene como yo lo hago en este momento, o al menos no lo quieren representar; quizás también se lo cuestionan como yo, pero acá no se comparte mucho, panorama que fue muy lamentable para mí. Acá todos están acostumbrados a hacer lo que se les apetezca y hay un ambiente a Bilz y Pap que me molesta a menudo. De veras creo que me exigían mucho más en el colegio. Los temas de conversación son el pololo, la ropa, el mino, el carrete y no para de sorprenderme que todas las chicas usen la misma ropa. Es en su mayoría, todo es igual. El olor a plástico y a fachada se siente a metros, en verdad nunca había estado con gente tan hueca y vacía. Lo peor de todo es que disimulan ser algo que no son, porque al fin y al cabo sus vidas no son tan Bilz y Pap como ellos dicen o demuestran. Nadie se expone, nadie habla mucho de su vida ni de su familia, nadie habla de filosofía, nadie habla de pobreza, nadie habla de lo que piensa ni de sus sentimientos, nadie se tiñe el pelo de colores, excepto yo y la Isa, nadie idealiza el mundo, nadie comparte teorías acerca de la muerte o los fantasmas o Dios o algo, nadie confía en el otro, y es que en verdad a nadie le importas realmente, todos son amigos de todos, pero en verdad todos viven consigo, y yo también lo hago.

Siempre que veo en las noticias alguna movilización estudiantil, me pregunto si hice bien en no matricularme en la Universidad de Chile. Es verdad, quizás tienen menos presupuesto, menos equipos, no te entregan 10 palos para hacer tu película, pero al menos estaría en una realidad, aquí me siento flotando en la nada misma. Y me pongo a investigar, leo el petitorio recordando todo lo que hice por esto alguna vez, todos los años que le dediqué; entonces comprendo que no tiene sentido que la alumna de la UDD se una a la causa nuevamente como lo hacía antes. De cierta forma, yo decidí estar donde estoy, aceptar lo que nunca pensé que estuviera bien y optar por lo material antes que por lo que creía. No me siento con la cara de protestar por algo que ya acepté, mas de veras espero que alguien pueda hacerlo por mí.