20130326





Dicen que escribir con lápices de colores distintos al azul o negro, hacen que recordemos de mucha mejor manera las cosas que escribes en papel. En verdad, yo sólo lo hago porque me gustan los colores y disfruto verlos intercambiados de una página en otra cuando abro los cuadernos.
Escribir estupideces, volverse loco. Dicho hombre me pareció la gran solución a los achaques que había causado el innombrable, como le llamaba Nemo.
"...No se pueden criticar sus ideas, porque en ellas están contenidos sus sueños, sus fantasías, sus miedos, sus morbos. Se está jugando con uno mismo, con la esencia del creador..."
Eso fue lo que dijo y aplaudió una tras otra todas las estupideces que escribimos. Nunca antes me había sentido capaz de escribir un guión. Es como un mounstro, bueno todavía lo es. Pero hay algo nuevo, algo que me hace pensar que el guión no era tan terrible y que nos han alejado y quitado la imaginación.
Quizás es por eso que Don David Vera Meiggs pudo construir una historia, porque estaba lleno de complejos y de Aristóteles por aquí y por allá. Se le cerró el cerebro, se le cerró la fábrica de ideas y termino aportando unas horrendas como la del indio pícaro en el plano secuencia de terror de Diego. Hubiese preferido que fuese broma, pero para desgracia mía y del equipo no lo era. Dentro de las cosas más terribles estaba el hecho de desautorizar a Don David que siempre  andaba viendo falos y cosas sexuales en cualquier proyecto. Eso significaba recordarle lo que obviamente ocultaba con tanta historia de Italia, que en verdad, no tenía tantos dedos para el piano y que la crítica le quedaba mucho mejor que la creación. Que era un simple espectador, muy adiestrado y todo, pero un espectador al fin y al cabo.
El guión se transformó gracias a él en una especie de majestuosidad inalcanzable que solo algunos, los mas listos y cultos, podían llegar algún día a escribir. Sin embargo aprendí cosas, demasiadas cosas creo yo. Eso de que las historias se heredan de familia en familia, de generación en generación. Que uno sí o sí debe contar su historia y no la del de al lado. Y que muchas veces empezamos a contar un relato sin darnos cuenta de que está completamente involucrado con nosotros y que por lo visto, así debe ser. Hablar desde el subconsciente. Transformar nuestra esencia en símbolos y llenar el cuadro de imagen. Contar el cuento, pero no el de los libros, sino que en imágenes, porque al fin y al cabo lo único que queda es la imagen.
Sdaaaaa y yo hablando de trascendencia de imágenes, de historia y memoria y me encuentro en territorio completamente enemigo. Estoy sentada de seguro en un lugar donde muchos querrían estar, mas les aseguro que estos son metros cuadrados donde he vinculado lazos creativos idiotas... Si... estoy sentada en la recepción de McCann Erickson Ltda., esperando que mi "jefa" salga de su  reunión para que me explique qué es lo que debo hacer este sábado. Para los que no saben qué diablos es McCan Erickson, les cuento que es una de la agencias de publicidad más connotadas del país, de ahí deriva su peyorativo "enemigo".
Si el cine es la majestuosidad, la síntesis, la empatía, el reconocimiento, mmm, la publicidad es todo lo contrario. Pero bueno... como todos sabrán, aquí están las lucas. Aunque debo admitir que ahora más que nunca me duele y me molesta trabajar acá. Tener que enfrentarte a gene que te dice "bueno... queremos que se vea bien instagram cachai?, algo bien chic, bien lounge" OKEEEY.
Me pasó algo parecido el año pasado. Es como una especie de falta a tus principios, entiendes?
El movimiento estudiantil, la revolución pingüina, yo dirigente de las movilizaciones y matriculada finalmente en la universidad más facha de todas, la de Lavin, la UDD. Parecía completamente una locura. Me daba vergüenza decir dónde estudiaba a mis amigos de la Chile, la Católica, la USACH, etc. tener que dar explicaciones y saber contarlo como si fuese la mejor decisión para ti. Fue complejo, mas hoy no me arrepiento. Quizás con el tiempo tampoco me arrepienta de esto. Osea al fin y al cabo terminaré en esto sí o sí. Lo asqueroso es que ni siquiera me pagan bien y utilizan tu tiempo como se les da la real gana, porque obvio, eres estudiante. Pasaron 3 meses sin pagarme y yo estaba endeudada con 700 lucas y con la tarjeta de mi madre en DICOM.
El otro día pasé por afuera del café Haití y pensé en trabajar en la barra. A fin de cuentas, me dije, no es tan diferente a lo que hago. No tienes mucho que hacer, sólo te pones unos tacos y haces café, entonces me dediqué a observar a las chicas y a hacerme el valor de entrar. Mientras más miraba afuera del café, mas terrible me parecía. Realmente eran unas prostitutas, pero sin servicios sexuales. Dios, en verad nunca me había dado cuenta. Comencé a sentirme extremadamente mal porque las chicas de la barra se dieron cuenta de que las observaba y cada vez había una barrera más grande entre aquel antro y yo. Simplemente enfrié la mente y entré y pregunté por el trabajo... la respuesta fue totalmente denigrante. El tipo y único hombre que estaba detrás del mesón me miro de arriba a abajo y me dijo: Usted? ¿Quiere estar en barra? Pero es como muy baja o no? Yo me defendí como pude, pero la verdad es que estaba quebrándome entera. Necesitamos chicas arriba del metro 63 o 64- Yo mido 1.65 contesté. Ah si? me dijo. Es que no tengo tacos, argumenté. Mientras hacía todo ese show, sentía la mirada de las tipas de la barra haciéndome quedar como la patética más grande. En verdad no había ni punto de comparación entre ellas y yo. Osea concluyendo, era muy baja, fea con cara de guagua y seguramente sin el peso suficiente para entrar en uno de esos diminutos vestiditos. Hay un puesto de cajera me dijo e tipo con cara de lástima. ok sería todo, muchas gracias.
De servidora de café en el Haití, otra mofa más. Siempre luchamos por la igualdad y por la dignidad de la mujer, pero igual estaba dispuesta a mostrarme como una lady, tonta, rica, chupa picos... Estamos llenos de contradicciones, llenos, repletos. Coherencias? quién diablos pude inventar una cosa así, eso de lo coherente. Que esto va con esto y que esto con esto otro. Pero  finalmente eso somos. Es la ley por sobre el deseo, las normas por sobre las acciones volátiles y así nos enmarcamos, nos estructuramos, nos refugiamos en estereotipos y nos mezclamos con los nuestros, con los más parecidos a nosotros. Somos los de aquí y los de allá. Somos todos iguales, pero unos más iguales que los otros y no sólo grupos en un ámbito. Es por regiones, por comunas, por gustos, por tipos de trabajo, por clases sociales, por partido político, por edad, por tribu urbana, por estilo, por religión y por no sé qué más.

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